El Sevilla vuelve a tropezar: el nuevo fichaje provoca frustración entre la afición
El Sevilla FC afronta nuevamente un dilema que parece volverse crónico: Tanguy Nianzou, fichado con grandes expectativas en el verano de 2022 tras su paso por el Bayern Múnich, no ha alcanzado el nivel deseado ni ha conseguido estabilidad física desde su llegada al club andaluz.
En el último partido contra el Villarreal CF, Nianzou solo pudo permanecer poco más de veinte minutos en el campo antes de sufrir otra lesión muscular. Esta situación obligó a Matías Almeyda a finalizar el encuentro con un jugador menos, al haberse agotado las sustituciones, reflejando el calvario tanto del jugador como del club.
Según informa AS, Nianzou acumula ya nueve lesiones desde que aterrizó en el Sánchez-Pizjuán, lo que le ha impedido participar en más de sesenta partidos oficiales en tres temporadas. Esta estadística genera preocupación en la dirección deportiva y el cuerpo técnico, considerando que la inversión en el futbolista ronda los 13 millones de euros por temporada entre amortización y salario.
Lejos de facilitar una solución, el jugador rechazó en verano la extensión de su contrato, algo que habría permitido al Sevilla reorganizar su masa salarial. Este hecho ha incrementado el malestar interno, ya que las expectativas depositadas en Nianzou no se han visto correspondidas ni en el rendimiento ni en la disponibilidad.
El club necesitaba un central fiable y regular, pero se encuentra con un futbolista proclive a las lesiones, incapaz de encadenar una racha de partidos. Almeyda defendió su decisión de alinearlo ante el Villarreal, declarando que confiaba en su velocidad y capacidad táctica para frenar los contragolpes del rival. Sin embargo, el desenlace demostró que la apuesta era arriesgada.
Se esperan ahora nuevas pruebas médicas para saber el alcance de la última lesión, aunque el historial previo no invita al optimismo. Cada recaída representa un nuevo revés para un Sevilla que requiere estabilidad defensiva con urgencia.
La inversión realizada en Nianzou se ha transformado en una pesada carga tanto económica como deportiva. Aunque por su juventud se esperaba una evolución positiva, la realidad muestra a un jugador incapaz de asentarse y que acumula continuas ausencias.
La afición empieza a cuestionar si es momento de buscar alternativas en el mercado y poner fin a una etapa que no ha dado los frutos previstos. Mientras tanto, el club sigue padeciendo las consecuencias de una apuesta que no se ha traducido en resultados.
En definitiva, Tanguy Nianzou permanece como una incógnita constante para el Sevilla, ya que su calidad sigue estando eclipsada por una fragilidad física que no le permite alcanzar el nivel esperado. Cada lesión refuerza la sensación de que el salto de calidad prometido sigue siendo inalcanzable.
